Como estudiante universitaria y persona en plena formación, seguramente eres susceptible a los criterios de tus compañeros. La vida universitaria a veces puede exponernos a padecer comentarios poco objetivos y mal intencionados. Es un buen momento para analizar nuestra autoestima. Como es lógico si tenemos una valoración alta de nosotras mismas seremos capaces de enfrentarnos a las adversidades de la vida con mejor talante y ser más felices.

Pero ¿Qué es la autoestima?

La autoestima es la amalgama de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y patrones de comportamiento que se orientan hacia una misma, hacia nuestra identidad y hacia los atributos tanto físicos como de personalidad. En esencia, representa nuestra valoración subjetiva.

Dentro de la jerarquía de necesidades humanas, se identifica como la necesidad de reconocimiento, la cual se desglosa en dos vertientes:

• La valoración interna (autoestima, confianza, aprecio, satisfacción personal, …)
• El reconocimiento y aprecio que se recibe de terceros. (aprobación, aceptación, etc.).

¿Cómo mejorar la autoestima?

Cuando una persona tiene baja autoestima, no se valora, rechaza sus cualidades y, en muchos casos, ni siquiera las reconoce. Esto puede llevar a evitar encuentros sociales, renunciar a explorar nuevas experiencias y evitar desafíos por el temor a fracasar, dado que se piensa que no será capaz de superarlos y con probabilidad carece de seguridad en la vida cotidiana.

Siempre es un buen momento para empezar a aplicar estos ejercicios para trabajar en tu autoestima.

• Investiga el origen de tu baja autoestima: Para mejorar tu autoestima, necesitas identificar el origen de tus inseguridades. Pregúntate con tu mejor amistad; por el origen de tus miedos.

Por ejemplo: ¿Por qué me asusta hacer nuevas amistades? Porque pienso que me van a despreciar. ¿Por qué no me gusta trabajar en equipo? Porque no me siento competente. ¿Por qué no me siento competente? Porque en mi infancia suspendía mucho y me decían que no lograría nada profesionalmente. Intenta llegar a la raíz del problema.

• Actúa, aunque exista la posibilidad de fracasar: Es común que evitemos enfrentarnos a lo que nos aterra o provoca ansiedad, ya que es la salida más sencilla y rápida. No seas una persona pasiva sin proyectos o retos. Tu autoestima no se basa en los resultados, sino en la acción. Enfrentarse a las circunstancias elevan la autoestima, mientras que evitarlas la disminuye.

Prioriza valores sobre objetivos: A veces, no alcanzar metas específicas puede generar frustración y una sensación de inutilidad. Sin embargo, cuando tus valores guían tu vida, el fracaso no tiene el mismo impacto.

Por ejemplo, imagina que te estás preparando para un examen. Durante meses sacrificas tu tiempo de ocio por el estudio. En este caso, tus valores son el esfuerzo, la perseverancia, la superación personal, la capacidad de sacrificio, la fuerza de voluntad y la responsabilidad, entre otros. Si no logras aprobar el examen, siempre tendrás esos valores presentes para sentirte orgullosa por tu disciplina y esfuerzo.

• Reconoce tus fortalezas: Todos tenemos habilidades innatas o fortalezas. El problema surge cuando no las reconocemos por tener baja autoestima.

Para fortalecer tu autoestima

Piensa en los logros que has conseguido el último año. Luego piensa en los que has conseguido en los últimos 5 años. Ahora ponte en el lugar de una persona que aprecias, una compañera de la residencia universitaria, y atribuye tu vida a esa persona. Veras que eres mucho más objetiva y le reconoces los años de estudio, sus habilidades en distintas materias, su honestidad, simpatía, empatía, … todas esas virtudes que tienes y que no valoras con objetividad en ti.

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